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martes, 28 de julio de 2009

Verdades... indispensables!



Todas las cartas de amor son ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera en el tiempo que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos
son naturalmente
ridículas).

Fernando Pessoa.

lunes, 20 de julio de 2009

Sólo tenemos el hoy...

Vivamos la vida con intensidad. Disfrutemos cada instante, cada emprendimiento, cada encuentro. Capitalicemos los fracasos, si aprendemos a "leerlos" terminan no siéndolo. Fortalezcamos cada vínculo, cada afecto, digamos siempre "te quiero."
En fin, vivamos conscientes. Honremos la vida.
En todo lo demás, nos ilumina la FE.


martes, 14 de julio de 2009

El sabor del recuerdo...

Dulce... Ácido... Amargo... Meloso... Alimonado... Fresco... Acaramelado...

Sin duda cada recuerdo tiene su sabor, su color, su aroma... y nos han dejado su marca en el alma.

Tienen la magia de la autonomía... Algunas veces nos sorprenden porque no los esperamos... y otras no los podemos recuperar por más esfuerzo que hagamos... Son nuestra propia mirada sobre lo que fuimos. Son como los retazos con que se entreteje nuestra vida, los jirones que nos construyen, los pedacitos de cielo, de alegría, de dolor con que vamos moldeando nuestra propia obra de arte.

Volver a esa tierra de ensueños es mágico, pero también puede significar un riesgo... Porque en última instancia (o en primera, no sé) es "volver a nosotros mismos," reencontrarnos con lo que fuimos y con la forma en que "mirábamos" el mundo...
Ése viaje hacia nosotros (¡hermoso!) no requiere el desplazamiento físico... pero muchas veces el volver a los lugares de nuestra infancia desencadena ese encuentro con nosotros mismos.

Mi lugar de infancia es Quitilipi... asociado en mi recuerdo a siestas de sol con mandarinas en invierno, juegos en la explanada del ferrocarril, treparnos a los paraísos, hacer "chozas indias" cuando los podaban, mil lecturas en las noches, dulce de leche casero (y el consiguiente "empacho"), salidas hasta el amanecer con amigos y mates, etc.
Y también se enlaza con los "personajes" del pueblo: la "señorita Lola" que enseñaba piano (un ejemplo de vida), el "loco Borda" un eterno caminante siempre en sepia, el indiecito con deficiencia mental Naná, absolutamente tierno e inofensivo... Y éste fue el desencadenante... volví atrás con mis recuerdos mientras escuchaba a Alan Guillén -un excelente cantante del pueblo que con 18 años ya es profesional- cuando interpretaba el tema que compuso para Naná. Y sus recuerdos... son los míos. Y seguramente los del pueblo...

Sólo los invito a disfrutar de la canción y deseo que escuchando la letra puedan también compartir parte de los dulces recuerdos de mi pueblo: Quitilipi...
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domingo, 5 de julio de 2009

Pensar el futuro...


Excelente entrevista a Antonella Broglia del canal educ.ar.


Como para entender la manera en que se nos plantea el futuro en las ciudades... y ver qué podemos hacer nosotros.
Y prestemos atención... el arte figura como uno de los pilares del desarrollo. ¿Nos seguimos cuestionando?
Pensemos juntos...


Sigan la parte II en el mismo sitio. No tiene desperdicio.
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viernes, 3 de julio de 2009

Palacios de ensueño...



"...pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino hacia su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano -no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos-, vamos a regresar."

La sombra del viento. Carlos Ruiz Zafón.
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