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viernes, 29 de agosto de 2014

Georgette Heyer

Cuando descubro un escritor que me gusta busco más de su obra para seguir leyendo. 

Ése fue el caso con Georgette Heyer. Me ancanta cómo escribe, su estilo, sus personajes, el humor que siempre encuentro, sus historias tan bien hiladas. Disfruto mucho de su narrativa más bien decimonónica que, para mí, es un remanso dentro de la romántica sobre todo si la comparamos con las novelas más actuales, de finales del siglo pasado y lo que va de éste, donde la carga erótica es fuerte. G. Heyer hace más hincapié en los sentimientos, las emociones de los personajes, en cómo se gestan y crecen, su ritmo es más lento y sus "amores" más fundamentados.

Al considerársela iniciadora de la novela de regencia, es natural que encontremos en sus novelas precisas descripciones de la sociedad y, con ella, los rígidos comportamientos y normas que la rigen, pero sus personajes siempre están más dispuestos a transgredirlas y acomodarlas, generando así tramas ágiles y sólidas. En sus novelas siempre hay una pizca de picardía y muy buen humor.

Todas las obras que comparto en este post las considero muy buenas, salvo "El dandy" que me resultó pesada, mediocre, superficial y demasiado previsible; y sin embargo es una de las más valoradas entre su producción. No sé, obvio, va en gustos. 

Hay para elegir...

El tío Sylvester

El rico y arrogante Sylvester, duque de Salford, está pensando en casarse, naturalmente un matrimonio de conveniencia que le asegure una esposa capaz de cuidar de su sobrino huérfano y atender a su madre viuda. Con tal propósito acude a Austerby a comprobar si una de las seis posibles candidatas, la joven Phoebe Marlow, cumple sus exigentes requisitos. Pero cuando la inquieta Phoebe, cuya principal virtud parece ser la inteligencia, huye rápidamente al enterarse de la llegada del duque, éste se siente intrigado.

Arabella 

Arabella ha venido a Londres con un propósito muy concreto: encontrar marido. Pero no cualquier marido, sino uno muy rico, ya que, además de mantenerla a ella, deberá sanear la maltrecha economía de sus numerosos hermanos. Así pues, cuando el apuesto Beaumaris, el soltero más cotizado de Londres, queda prendado de su belleza y sus encantos, el sueño de Arabella parece haberse hecho realidad. Sin embargo, Arabella tendrá que esforzarse por mantener a raya su impetuosidad y no caer en las provocaciones del arrogante Beaumaris, cansado de las chicas que sólo pretenden aprovecharse de su fortuna y posición.

Matrimonio de conveniencias

Cuando la deslumbrante Horatia Winwood se casó con el poderoso conde de Rule, salvó a su hermana, rescató la fortuna familiar y consiguió para sí una vida desahogada. El suyo no fue un matrimonio dictado por la razón del sentimiento, sino por la fría lógica de una joven belleza muy segura de sí misma.
Hasta que Horatia no se halla envuelta en una peligrosa intriga con el vengativo rival de su esposo, el fogoso y arrogante lord Lethbridge, no descubre, para su propia sorpresa, que se ha enamorado del hombre con quien se había casado solo por dinero. Pero ¿será acaso demasiado tarde, ahora que se encuentra apenas a un paso de traicionarlo, a él y a sí misma?

El dandy

 A los veintinueve años, el acaudalado sir Richard Wyndham está a punto de someterse a los deseos de su familia y tomar una decisión postergada durante años: casarse. Naturalmente, un acontecimiento de tal magnitud bien merece alargar la velada en el club —y el consumo de brandy— un poco más de lo habitual, por lo que, de regreso a casa por las oscuras calles del centro de Londres, cuando ve a una chica descolgándose de una ventana con una cuerda hecha de sábanas, sir Richard no sabe si se trata de algo real o de una visión producto de sus excesos. La duda se disipa en un instante cuando Penelope Creed, una jovencita que también huye de un inminente matrimonio impuesto, cae literalmente en sus brazos. Así, la oportuna coincidencia de intereses lleva a los protagonistas de tan azaroso encuentro a emprender una improvisada fuga, en la que el experto vividor y la joven rebelde compartirán un sinfín de aventuras y descubrirán sentimientos extraordinarios que darán un sorprendente vuelco a sus vidas.

 Para disfrutar de novelas románticas de calidad.

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martes, 26 de agosto de 2014

Cien años de Julio Cortázar

Conservación de los recuerdos


    Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma: Luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: «Excursión a Quilmes», o: «Frank Sinatra».
    Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: «No vayas a lastimarte», y también: «Cuidado con los escalones.» Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras en las de los cronopios hay una gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempre de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio.






domingo, 24 de agosto de 2014

La indomable Sophia. Georgette Heyer

Pícara.  Divertida.  Tierna.

Georgette Heyer escribe muy bien. Dicen que con ella se establece el género de la novela romántica histórica y el subgénero de regencia, y también dicen que tiene influencia de Jane Austin. Puede ser, todo puede ser. Lo cierto es que disfruto mucho de su estilo, de cómo borda sus tramas, de que sus personajes sean complejos, bien trabajados, de que sus novelas estén llenas de humor y guiños. Y me atrevería a decir que ésta, "La indomable Sophia" es de lo mejor que he leído.

Cuando sir Horace Stanton-Lacy acepta una misión diplomática en Sudamérica, le pide a su hermana lady Ombersley que se haga cargo de su hija, la «pequeña» Sophia, y de paso lo ayude a encontrarle un marido adecuado. Instalada en la mansión de su tía, Sophy pronto descubre que sus primos andan metidos en buenos líos, y éstos, a su vez, se sorprenden al ver que su prima tiene muy poco de «pequeña»: Sophy es alta, extravertida e independiente, y está dispuesta a hacer lo que sea necesario para que todo el mundo consiga lo que quiere, empezando por sí misma.

 Sophy es la que lleva los hilos: simpática, extravertida, decidida, astuta, generosa, honesta. Fue criada con extrema libertad (cosa insólita para una mujer en esa época), viajes, alta sociedad, relaciones con personajes importantes le han abierto las puertas y las ideas a algo más que las formalidades y protocolos de la sociedad inglesa. Y... en ausencia de su padre, le toca ir a vivir a la casa de su tía, donde compartirá experiencias con su primo mayor y sus primas. Las situaciones que se generan en la convivencia siempre nos sacan una sonrisa y nos llenan de ternura. Una variada galería de personajes acompañan a Sophia en su afán de "acomodar" las cosas en casa de su tía y todos están a la altura del argumento.

Una novela muy buena, con un ritmo sostenido, una trama impecable y adorables personajes. 

Absolutamente recomendable.
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domingo, 10 de agosto de 2014

La librería ambulante. Christopher Morley

¡¡Qué placer!!

Ésta es de esas novelas que nos mantiene con una sonrisa en los labios mientras la leemos. Que nos deja esas sensación de ternura por el disfrute de las cosas simples, por la aventura, por el descubrimiento de la vida.

¿Personajes? De primera, entrañables, precisos, con cuerpos sólidos y personalidades atrapantes. Helen McGill es una delicia, su sentido del humor, sus reflexiones, sus decisiones, nos compra desde la primera línea. Roger Mifflin es todo un personaje, pícaro, honorable, tierno, un encanto. de esos tipos que uno no para de admirar y a los que a veces llamamos "un loco lindo." Y el hermano de Helen... otro. 
¿Trama? Ingeniosa, desopilante, tierna, simple, entrañable.
¿Estilo? Único, delicado y con un sentido del humor excelente. Y además con ternura. Y con simpleza.
¿Qué más? Sólo leerla y disfrutarla.

Prepárese para entrar en un mundo único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero.

Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedules.

«Cuando tengo ganas de sonreír un poco, para que sean más ligeras las tardes, leo las primeras novelas de Morley.» Eugene O’Neill, poco después de obtener el Premio Nobel de Literatura.

Recomendadísima...

jueves, 7 de agosto de 2014

Los habitantes del bosque. Thomas Hardy

Un viaje a la Inglaterra rural del siglo XIX.

Grace Melbury, la preciosa y delicada hija de un próspero maderero que haría cualquier cosa por ella, regresa al pequeño pueblo de su infancia después de haber recibido una refinada educación lejos de allí. Su reencuentro con quien siempre estuvo destinado a ser su marido, Giles Winterborne, les revela a los dos que, pese a todo lo que él pueda amarla, no está a la altura de sus nuevas expectativas sociales y, en cambio, sí lo está el nuevo médico de la región, el aristocrático Edred Fitzpiers, que aparece rodeado de libros y de un raro halo de misterio. La relación que se establece entre los tres se verá salpicada de malentendidos y traiciones, pero también de una devoción y una lealtad que conducirán a un desenlace extraordinario.

Según el propio autor ésta es una de sus novelas favoritas y de hecho se difruta mucho con su lectura.

La trama nos plantea de lleno el tema de las aspiraciones de movilidad social y la conocida alternativa de lograrlo a través del matrimonio. Surge de nuevo la cuestión del lugar y el rol de la mujer como el de una pieza de ajedrez que los hombres de la familia mueven según sus necesidades y aspiraciones.
En este caso el padre de Grace se muestra más amoroso y pendiente de su hija y sinceramente pretende ofrecerle lo mejor, pero en su anhelo olvida valores esenciales. Por su parte Giles, el joven eterno enamorado de Grace, encarna la perseverancia, la resignación y la honorabilidad en este tablero donde le toca jugar.

Cuestiones que siempre aparecen cuando se habla de la sociedad inglesa (y creo que en general) en el siglo XIX son las de las apariencias, la honorabilidad del trabajo, la nobleza empobrecida y la importancia del linaje.
A lo largo de la novela vamos acompañando a Grace en la toma de conciencia, en su propia maduración, y al final nos encontramos con una mujer que se atreve a tomar las riendas de su propio destino, no sin antes haber sufrido para llegar a ese punto. Afortunadamente, no es la única que madura, y esto nos lleva a un final muy interesante.

Una novela muy bonita, con excelentes descripciones de los caracteres de los personajes, unos bellos paisajes de la campiña inglesa y que muestra la vida sencilla -que no simple- de los habitantes del bosque.

Muy recomendable.

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