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viernes, 4 de julio de 2008

Esencia...


"Persona" quiere decir máscara, y cada uno tiene muchas.
¿Hay realmente una verdadera que pueda expresar la compleja, ambigua y contradictoria condición humana?

Me acuerdo de algo que había dicho Bruno: siempre es terrible ver a un hombre que se cree absoluta y seguramente solo, pues hay en él algo trágico, quizá hasta de sagrado, y a la vez de horrendo y vergozoso. Siempre, decía Bruno, llevamos una máscara, que nunca es la misma sino que cambia para cada uno de los lugares que tenemos asignados en la vida: la del profesor, la del amante, la del intelectual, la del héroe, la del hermano cariñoso. Pero ¿qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en soledad, cuando creemos que nadie, nadie, nos observa, nos controla, nos escucha, nos exige, nos suplica, nos intima, nos ataca? Acaso el carácter sagrado de ese instante se deba a que el hombre está entonces frente a la Divinidad, o por lo menos ante su propia e implacable conciencia.



Ernesto Sábato. La Resistencia (2000)
René Magritte: Pélerin

1 comentario:

Anónimo dijo...

es un tema bastante delicado, y deja mucho en que pensar.
me hace acordar a la frase "uno es esclavo de sus palabras y rey de su silencio".
no somos muchos los que (por lo menos) utilizamos la misma máscara en todos lados, o en algunos.
pero me di cuenta que el usar máscaras sirve para "ocultar" ciertas emociones, inapropiadas para el sitio o el momento, aunque la mayoria ha abusado en este punto.
de todas formas, un tema muy interesante, y sobre todo, real.
me deja pensando hasta la otra semana.


abrazos

Martin Ebel
=)