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domingo, 25 de noviembre de 2012

El jardín de los hechizos. Sarah Addison Allen.

Magia en estado puro.

Y de la que a mí me gusta, de la magia cotidiana, casi salida de los genes de las protagonistas, en un ambiente contemporáneo y vivida con naturalidad.

Ese tipo de magia que hace que los hombres nos llamen "brujas"... porque no nos comprenden, y eso los asusta...



Argumento.


Las leyendas de Bascom, un pueblecito americano, nunca fallan: los hombres de la familia Hopkins se casan con mujeres más mayores, las Clark son buenas amantes y todas las Waverley tienen alguna rareza. Se rumorea incluso que el manzano de su jardín predice el futuro, y que las flores comestibles que allí crecen pueden producir misteriosos efectos en quienes las consumen. Una historia en la que las leyendas se cumplen y la magia es algo cotidiano.


Opinión.

Una delicia de novela. 
Sencilla, llena de magia, describiendo el cotidiano transcurrir de la vida de las mujeres de la familia Waverley. Sus historias de vida, sus logros y frustraciones, su caminar hacia sus destinos.

Es la típica novela de historias de familia donde son las mujeres las absolutas protagonistas, a través de ellas miramos la vida. Claire, su hermana Sydney y la hija de esta última, Bay. También es parte de las mujeres de esa familia Evanelle, una prima segunda bastante mayor. Cada una de ellas hereda poderes o dones especiales y diferentes, por eso muchos las consideran raras y les resulta difícil adaptarse al resto de la gente del pueblo. Claire sabe cómo preparar comidas mágicas con las plantas de su jardín, Bay sabe “dónde tiene que ir cada cosa,” Evanelle siente el impulso de regalar cosas a la gente que luego, en algún momento, le serán de utilidad. 
Pero en el pueblo también hay otras familias con características o dones especiales y tradicionales. En general se presiente un ambiente permanentemente rodeado y teñido de magia, de una magia cotidiana, que emana de las mujeres  Waverley y su jardín, y sobre todo del manzano que tiene vida propia, vida consciente, y siempre tiene un mensaje para dar a quienes coman de sus frutos. Las descripciones son tan vívidas, las imágenes son tan reales que sentimos en la piel, en la boca, en el aire la presencia viva de esa magia.  La propia autora define su estilo como un “realismo mágico refrito” pero, la verdad, es que el resultado me encanta.
 
Tiene  una trama sencilla que cuenta el regreso de Sydney a la casa familiar, el reencuentro con su hermana y con la esencia de la familia, el proceso de adaptación y sanación de heridas involuntarias y cosas no dichas. El ir descubriendo los hombres que el destino les tiene preparados y el huir de los que les han hecho daño.

Con un estilo sencillo y entrañable, dulce y –como no- mágico, la autora nos sumerge en un mundo delicado, femenino  y precioso del que no podemos distanciarnos. Los ambientes, los personajes, las historias que se entretejen logran mantener un ritmo adecuado para hacer de la lectura de “El jardín de los hechizos” una pequeña delicia.

Una novela muy recomendable. Preciosa.
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