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lunes, 28 de noviembre de 2011

Latido de Vida...




La vida es abierta por naturaleza, aún en quienes la barrera que han levantado en torno a lo propio pareciera ser más oscura que una mazmorra. El latido de la vida exige un intersticio, apenas el espacio que necesita un latido para seguir viviendo, y a través de él puede colarse la plenitud de un encuentro, como las grandes mareas pueden filtrarse aun en las represas más fortificadas, o una enfermedad puede ser la apertura, o el desborde de un milagro cualquiera de la vida: una persona que nos ame a pesar de nuestra cerrazón como una gota que golpeara incesantemente contra los altos muros.


Ernesto Sábato.
La sabiduría de la humildad y los años se traslucen en su obra, especialmente en ésta de tono filosófico: La resistencia. El placer de su lectura es constante. Siempre inspirador.

Y la imagen es mía. Un momento de magia (uno más) en medio de la ciudadela incaica de MachuPicchu, Perú. El surgir constante de la vida en medio de lo que es un testimonio sobrecogedor de lo que el hombre puede llegar a hacer... en la creación... y en la destrucción...

Palabra. Imagen.
Regalos para el alma...
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viernes, 25 de noviembre de 2011

Cusco. Axis Mundi.



Ya había viajado a Cusco... Sí... Lo había hecho muchos años atrás con Ernesto, en Los ríos profundos, de la mano de la prosa poética de José María Arguedas... Y había disfrutado esa experiencia con una profundidad que me marcó.

"Mi padre me había hablado de su ciudad nativa, de los palacios y templos, y de las plazas, durante los viajes que hicimos, cruzando el Perú de los Andes, de oriente a occidente y de sur a norte. Yo había crecido con esos viajes."

Y yo también había
crecido con esa lectura. Y mi pasión por las culturas precolombinas había aumentado. Y cuando, ahora, tuve la oportunidad de viajar a Perú, amé y disfruté cada minuto previo y cada segundo en esa tierra hermosa.

"Pasamos la calle; cruzamos otra, muy ancha, recorrimos una calle angosta. Y vimos las cúpulas de la catedral. Desembocamos en la Plaza de Armas. Mi padre me llevaba del brazo. Aparecieron los portales de arcos blancos. Nosotros estábamos a la sombra del templo. (...)
Cruzamos de regreso el atrio; bajamos las gradas y entramos al parque. -Fue la plaza de celebraciones de los incas- dijo mi padre-. Mírala bien, hijo. No es cuadrada, sino larga, de sur a norte.
La iglesia de la Compañía, y la ancha cat
edral, ambas con una fila de pequeños arcos que continuaban la línea de muros, nos rodeaban.
La catedral enfrente y el templo de los jesui
tas a un costado. ¿A dónde ir? Deseaba arrodillarme."





"Corrí a ver el muro. Formaba esquina. Avanzaba a lo largo de una calle y continuaba en otra angosta y más oscura, que olía a orines. Esa angosta calle escalaba la ladera. Caminé frente al muro, piedra tras piedra. Me alejaba unos pasos, lo contemplaba y volvía a acercarme. Toqué las piedras con mis manos; seguí la línea ondulante, imprevisible, como la de los ríos, en que se juntan los bloques de roca. En la oscura calle, en el silencio, el muro parecía vivo, sobre la palma de mis manos llameaba la juntura de las piedras que había tocado."




"(...) ¿Alguien vive en este palacio de Inca Roca?
-Desde la Conquista.
-¿Viven?
-¿No has visto los balcones?

La construcción colonial, suspendida sobre la muralla, tenía la apariencia de un segundo piso. Me había olvidado de ella.
En la calle angosta, la pared española blanqueada, no parecía servir sino para dar luz al muro.

-Papá -le dije-. Cada piedra habla. Esperemos un instante.
-No oiremos nada. No es que hablan. Estás confundido. Se trasladan a tu mente y desde allí te inquietan.
-Cada piedra es diferente. No están cortadas. Se están moviendo.
Me tomó del brazo.
-Dan la impresión de moverse porque son desiguales, más que las piedras de los campos. Es que los incas convertían en barro la piedra. Te lo dije muchas veces.
-Papá, parece que caminan, que se revuelven, y están quietas.
Abracé a mi padre. Apoyándome en su pecho contemplé nuevamente el muro. (...)
Me besó en la frente. Sus manos temblaban, pero tenían calor."

Esta experiencia de Ernesto fue también la mía.
Una experiencia espiritual de una intensidad tal que no me dejó infiderente. Gracias a esa lectura pude vivir y comprender la dimensión del Cusco, el Axis Mundi de los incas, el "ombligo del mundo", el lugar elegido por el Dios Sol para su pueblo.

Y pude ver y palpar y acariciar con mis manos (igual que Ernesto), con intensidad, el muro incaico de cientos de años y también sentí su fluir, su llamear, su vida.

Y pude ver el sincretismo religioso y cultural de los mundos aborigen y español, la simbiosis, la división...
Y pude sentir con intensidad el dolor de la destrucción, del aniquilamiento...
Y pude agradecer la riqueza del lenguaje y la espiritualidad que nos legaron.
Una mezcla de sensaciones y sentimientos con visos de eternidad, por sentirme transportada a un tiempo y a una dimensión tan profunda y sagrada como el alma humana.

Para mí, el Cusco, MachuPicchu, todo Perú, no fueron turismo...
Fueron un viaje espiritual...

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lunes, 14 de noviembre de 2011

Las mujeres se pintan. Ana María Shua. Iniciación lectora.





Las mujeres se pintan antes de la noche.
Los ojos, la nariz, los brazos, el hueco poplíteo, los dedos de los pies.
Se pintan con maquillajes importados, con témperas, con lápices de fibras.

En el alba, ya no están.

A lo largo de la noche y de los hombres, se van borrando.

Muchos la llaman "la reina del microrrelato". Pero la verdad es que Ana María Shua se destaca en todo lo que escribe. Destila pasión y arte.

¿Y cómo comenzó todo? Tal vez de la misma manera que muchos, deslumbrados por algún libro de la infancia, con el hábito de sostenerlo en las manos, a la hora de irse a la cama, sitio poblado por infinidad de personajes (los buenos nos esperaban arriba, los malos, por lo general, se escondían debajo de la cama. Al menos así era en mi caso). Y mis padres también me retaban cuando llevaba los libros a la mesa, durante las comidas compartidas. Y yo, en mi ingenuidad, ponía el libro abierto en el piso y trataba de leer "desde arriba," robando minutitos a la conversación familiar.
Aquí el testimonio de A. M. Shua:

"A los seis años alguien me puso en las manos un libro con un caballo en la tapa. Esa misma noche yo fui ese caballo. Al día siguiente ninguna otra cosa me interesaba. Quería mi pienso, preferiblemente con avena y un establo con heno limpio y seco. Nunca antes había escuchado las palabras pienso, avena, heno, pero sabía que como caballo necesitaba entenderlas. Durante una semana pude haber sido Black Beauty pero fui Azabache, en una traducción inteligente y libre. Fui caballo de tiro y caballo de alquiler, recibí latigazos, estuve a punto de morir, fui rescatado... y llegué a la última página. Entonces, con terrible dolor, volví a mi cuerpo y levanté la cabeza: el resto del mundo todavía estaba allí. “Deja eso que te va a hacer mal”, decía mi madre. “No se lee en la mesa”, decía mi padre. Entonces descubrí que podía volver a empezar. Y otra vez fui Azabache y otra vez y otra vez.

Después descubrí que podía ser un pirata y muchos, y la ciudad de Maracaibo y ser hombre, manatí, horror o piedra. Lo que acababa de empezar en mi vida no era un hábito: era una adicción, una pasión, una locura."

Sin duda, "los lectores nos hacemos"... y lo que tenemos que hacer como adultos es enseñar a desentrañar y disfrutar los mundos que nos regala la literatura. Es uno de los mejores legados que podemos dejar. .

martes, 8 de noviembre de 2011

Caballo de fuego. Congo. Florencia Bonelli.




¡¡¡¡¡AAHH!!!!!!!

¡Excelente!

Ficha.

Editorial: Suma
I.S.B.N : 9789870416807
Clasificación: Ficción y Literatura. Novelas. General.
Formato: Rústica
Páginas:584
Publicación: 25/08/2011 |
Idioma: Español


Sinopsis.

"Él es un señor de la guerra. Ella, una luchadora por la paz."


La cirujana pediátrica Matilde Martínez viaja desde París con destino al Congo guiada por una ilusión: aliviar el sufrimiento de los nifios castigados por la violencia y el hambre que imperan en ese país africano. Ha dejado atrás una historia de amor difícil, que no consigue olvidar.

Por su parte, el soldado profesional Eliah Al-Saud llega al Congo movido por una ambición: hacerse de una mina de coltán, el mineral más codiciado por los fabricantes de teléfonos móviles, que le redituará grandes beneficios económicos. Pero sobre
todo llega al Congo para recuperar a Matilde, a quien considera la razón de su vida.
Los traumas y secretos que los distanciaron en París siguen latentes y, rodeados por un contexto cruel e injusto, la reconciliación parece imposible.

En el marco de la Segunda Guerra del Congo, más conocida como Guerra del Coltán, y amenazados por grupos guerrilleros de mucho poder, Matilde y Eliah intentarán por todos los medios que triunfe el amor sobre la guerra.



Opinión.


Y... ¡Sí!
¡Me encantó!!
Como siempre con Bonelli...
¡Me encantó!


Había comprado el libro apenas salió, pero estaba retrasando su lectura porque sabía lo que me iba a pasar: Querría leer la tercera y última parte YA!!! Pero como la editorial, en una abierta actitud de morbosidad y tortura para con los lectores de FB, no publicará la 3° parte hasta MARZO!!!! (maldad pura... o estrategia de mercado, lo mismo)... En fin, lo leí.

Para disfrutar al máximo releí con placer Caballo de fuego. París. así tenía los datos, los personajes, las situaciones bien, bien "frescas". Hice bien. Porque fue una lectura súper placentera y como continué con CF. Congo. duró mucho.

Esta segunda parte me pareció excelente. Como ya es característico de esta autora, es una novela compleja, con muchos personajes, la trama principal está acompañada por tramas secundarias que corren casi en paralelo pero que al final confluyen en un punto, muchas encuentran resolución en este volumen, la mayoría siguen abiertas y terminarán en el tercer libro, sin duda. Es también una estrategia de "enganche".

¡¿Qué puedo decir!?... me gustó todo.
Me pareció mejor que la anterior. Siento que Bonelli me llega más en la narración que en la construcción de diálogos, sin embargo en esta novela nada me distrajo o me sonó mal. Me pareció sólida toda la narración. Los episodios de guerra, guerrilla, de acción son absolutamente verosímiles, crudos, pero no exagerados. Nuestro Eliah no es un agente 007 que ni se despeina. Como siempre, la documentación histórica, médica, bélica... impecable. Las escenas de romance, imperdibles. Los amores que van surgiendo son un condimento de lo más agradable y, a veces, simpático. Nuestra Matilde, comprensible en sus inseguridades, a veces nos impacienta. Juana es pura chispa, absolutamente querible. Jerôme, el negrito adorable, íntegro, valiente, hijo de Matilde, y ¿qué decir de Eliah! Puro caballo de fuego, un duro sensible... y ya está... me conquistó. ;) Tampoco falta la magia y la presencia de lo sobrenatural, dando pistas y esperanzas sobre el futuro. Completa.


En fin... Una novela para devorar... Eso sí, hay que leer París antes.
Y ya estoy esperando Caballo de fuego. Gaza. Han quedado algunos, varios, cabos sueltos. Intuyo algunas definiciones. Juego con el desenlace de la trama y desafiarme a ver cuánto capto del camino que eligió la autora, más allá de lo obvio: el triunfo del amor entre los protagonistas.

Consejo: ¡Léanlas!

Excelente!!
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viernes, 4 de noviembre de 2011

Can’t Take My Eyes off of You” x MUSE. Caballo de fuego. París. Florencia Bonelli.

De nuevo... caí en la tentación...
Pero esta tentación es siempre un placer!! :)

Acabo de releer Caballo de fuego. París. de Florencia Bonelli, porque ya tengo Caballo de fuego. Congo. Quería tener toda la historia "fresca", recordar los personajes y las situaciones con claridad... Y, por supuesto, volví a enamorarme... Porque éso es lo que me pasa con los libros de Bonelli... es como cuando uno le ve los defectitos a quien ama (pareja, hijos, amigos) pero "no importa", el afecto es más fuerte. Ya sé, no puedo ser objetiva y lo digo.

Esta vez completé mi lectura escuchando la música, el tema que acompaña y resume la historia de amor de Matilde y Eliah, y fue mayor la intensidad de mi lectura... ¡Qué se yo! ¡Da cosita! :)

Comparto la versión de MUSE... ¡¡Excelente!! ¡Intensa! Y va subtitulada... Les dejo otra versión (también MUSE) con mejor sonido y, creo, el video original...

¡Qué suerte comenzar la lectura de CDF. Congo. en viernes... es decir: "fin de semana... desaparecida"!

Es para disfrutar!!!!


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martes, 1 de noviembre de 2011

El jardín olvidado. Kate Morton.


Muy buena novela.
Con una historia muy interesante y una estructura sólida Kate Morton nos regala una excelente obra.

Ficha

Editorial: Suma de Letras

I.S.B.N. 9789870417163
Clasificación: Ficc. y Lit. Nov. Gral Formato: Rústica
Páginas 536
Publicación: 25/02/2011 |
Idioma: Español


Sinopsis


Una niña desaparecida en el siglo XX... En vísperas de la Primera Guerra Mundial, una niña es abandonada en un barco con destino a Australia. Una misteriosa mujer llamada la Autora ha prometido cuidar de ella, pero la Autora desaparece sin dejar rastro. Un terrible secreto sale a la luz... En la noche de su veintiún cumpleaños, Nell O'Connor descubre que es adoptada, lo que cambiará su vida para siempre. Décadas más tarde, se embarca en la búsqueda de la verdad de sus antepasados, que la lleva a la ventosa costa de Cornualles. Una misteriosa herencia que llega en el siglo XXI... A la muerte de Nell, su nieta Cassandra recibe una inesperada herencia: una cabaña y su olvidado jardín en las tierras de Cornualles, que es conocido por la gente por los secretos que esconde. Aquí es donde Cassandra descubrirá finalmente la verdad sobre la familia y resolverá el misterio, que se remonta un siglo, de una niña desaparecida.
Con un virtuosismo propio de los grandes maestros,
Kate Morton orquesta en esta novela una hermosa historia a tres voces en tres tiempos distintos para desembocar en un todo perfecto, impecable, donde las piezas encajan y adquieren sentido.
Heredera de la extraordinaria tradición de la literatura anglosajona, El jardín olvidado pone en manos del lector una obra con reminiscencias de todos los géneros, desde la gran novela victoriana a los cuentos de hadas y los relatos de suspenso y misterio. Una novela profundamente conmovedora que nos devuelve el placer por la lectura que nos hicieron sentir los grandes clásicos.



Opinión


Una novela excelente que he disfrutado mucho.
En la línea de las sagas familiares, de las novelas de misterio, con la impronta de la búsqueda de identidad, la novela nos adentra en la vida de tres mujeres -madre, hija, nieta- a lo largo de un siglo y de dos paisajes atractivos: Australia, Inglaterra.


Con una estructura de tiempo quebrado vamos conociendo en paralelo lo que les sucede a cada una de estas mujeres a lo largo de su vida, lo que sienten, lo que sufren, lo que deciden... y a la par vamos conociendo y comprendiendo los misterios que las envuelven y sus porqués.


Con un estilo narrativo delicado, como si nos fuéramos colando en los escenarios a través de un velo descubrimos la vida y los padecimientos de la gente pobre en el Londres de fines del siglo XIX ( y casi perece que leyéramos a Dickens), las asfixiantes normas sociales de los ricos, las apariencias que hay que guardar y los sacrificios por lograrlo. Con la misma delicadeza nos adentramos en los corazones y dolores de estas tres mujeres, sus inseguridades, sus entregas, sus renuncias y sus esperanzas.

Nell, la mujer que es el nexo entre pasado y presente, busca saber quién es en realidad, cómo fue que apareció sola, con cuatro años, en un puerto en Australia. Este deseo le consume la vida y al final es su nieta, Cassandra, quien puede ordenar todas las piezas del rompecabezas y desentrañar el enigma. Aún cuando el lector va intuyendo la historia y el misterio no se presenta tan intrincado se obtiene enorme placer en la lectura de esta novela. La narración se sirve de distintas tramas y tipologías textuales, se incluyen cuentos de hadas, cartas, las descripciones son vívidas. Los personajes están bien caracterizados, no hay estereotipos rígidos sino que entrevemos las causas y orígenes de las maldades de algunos y de la indulgencia y bondad de otros.

En fin... Una excelente novela que nos regala el misterio de la literatura, la magia de las palabras, los mundos creados que sin duda VIVIMOS mientras leemos.

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