14 de febrero, día de San Valentín. Sacerdote romano que casaba a los jóvenes enamorados, aún sabiendo que desafiaba al emperador -quien había prohibido el matrimonio para favorecer un ejército con soldados libres de ataduras-.
Si bien es una festividad de origen anglosajón la tradición se ha extendido a gran parte del mundo. Y los festejos son variados: flores, tarjetas, golosinas, libros. Y aquí es donde yo me engancho... porque aparecen muchas promociones, en librerías y editoriales, con diversidad de ofertas en literatura romántica en sus diversos formatos. Afortunadamente, con la aparición del libro digital, las posibilidades de lectura se amplían, pues la importación del libro de papel es cara y la oferta de las editoriales en digital está creciendo mucho.
Si atendemos a las estadísticas del medio podremos ver que el género de novela romántica es uno de los que más ha crecido en el mercado editorial y de los que clientes más fieles tiene. Y todos sabemos que el mercado varía mucho de acuerdo con las modas literarias: novela negra, novela vampírica, autoayuda, erótica, etc. Pero la romántica siempre está presente. Y en la sobreoferta la calidad es variable, desde la muy buena literatura a la súper estereotipada, pero la decantación se produce sola. En general es bueno "dejar pasar" una mega operación de marketing hasta comprobar si la obra se mantiene por sí misma, en mi caso es lo que hago, y luego las críticas y el "boca a boca" van poniendo las cosas en su lugar.
Y es que el romanticismo siempre "está de moda" siendo una de las emociones fundamentales en el ser humano. Y la palabra, la escritura, es una de las manifestaciones más frecuentes. Alcanza con ver algunas paredes en las calles, los pupitres en las escuelas, los cuadernos y carpetas de los adolescentes, los tatuajes en el cuerpo...
El amor es la fuerza vital imprescindible. En cualquier orden de la vida.
El "eros" como impulso vital.
Si bien el tema del amor ha existido siempre en la litaratura -y en las artes en general- el género como tal se perfila diferente a finales del siglo XVIII en Alemania, Inglaterra, Europa en general, con una identidad propia arraigada en lo emocional y como enfrentamiento y rechazo al racionalismo.
En la literatura la explosión es magistral y los clásicos marcaron una huella muy rica: Goethe, Victor Hugo, los adorables poetas ingleses, Jane Austen, las hermanas Brontë, Larra, Bécquer, Poe, Mármol... Toda una tradición de enorme riqueza. Y aunque el género romántico hoy en día ha variado su estructura la esencia se mantiene y seguimos asistiendo a contemplar el alma del ser humano en los buenos personajes, en las buenas obras.
Y los subgéneros se diversifican: histórica, paranormal, erótica, suspenso, juvenil, etc. con autores destacados en cada uno.
¡¿Cómo no recomendar con emoción entrañable la lectura de "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen, o "Jane Eyre" de Charlotte Brontë, "Amalia" de José Mármol, "Anna Karenina" de Tolstoi y tantas más?!
Y de las escritoras actuales disfruto enormemente de las novelas de Susan Elizabeth Phillips, algunas series de Nora Roberts -Bahía Chesapeake, serie irlandesa-, nuestra Florencia Bonelli de cuya obra soy incondicional (aunque sé que tiene algunas debilidades), la cordobesa Cristina Bajo con una escritura extraordinaria, la colombiana Ángela Becerra con una prosa deliciosa, y tantos más...
En fin, que San Valentín puede ser una buena excusa para seguir alimentando la pasión de la lectura...
Porque en definitiva de eso se trata -al menos para mi-, de bucear desde las palabras en los misterios del ser humano, en sus corazones, sus almas, para mantener el dinamismo de descubrir/me que me regala la literatura.
¡Feliz lectura con San Valentín!
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario