Bajo la etiqueta de "novela erótica" se han publicado todo tipo de obras de calidad diversa. En general, desconfío de las modas y me resisto a caer ingenuamente en las monumentales campañas de marketing que, en la actualidad, acompañan a estos "booms," no quiero que me "cacen" con sus argumentos y portadas casi clonadas... Por eso mismo dejo correr el tiempo, decantar las euforias y navego asiduamente por blogs y páginas de cuyo criterio me fío, escucho consejos, comentarios y opiniones y luego... decido.
En este caso me interesó esta novela de Samantha Young, joven escritora escocesa, quien con "Calle Dublín" inicia una serie que promete si continúa con la calidad mostrada.
Dejo la reseña y luego mi opinión.
Cuatro años atrás, Jocelyn Butler dijo adiós a su trágico pasado en Estados Unidos para empezar una nueva vida en Edimburgo. Pero cuando se muda a un apartamento en Dublin Street y conoce al hermano mayor de su compañera de piso, todo cuanto ha intentado proteger se ve sacudido hasta lo más profundo. Braden Carmichael es un hombre que siempre consigue lo que quiere, y ahora la quiere a ella.Sabedor de que Jocelyn ha renunciado a establecer cualquier clase de relación, le propone dar rienda suelta a la intensa atracción que siente el uno por el otro, sin dejar que la relación vaya más allá del sexo. Jocelyn acepta, sin imaginar que el atractivo escocés se enamorará de ella sin remedio.
Es difícil no caer en estereotipos, sobre todo en novela romántica, y sobre todo en novela romántica erótica -donde el límite entre el buen gusto, el erotismo y la pornografía se hace tan delgado- y cuando leemos una novela romántica erótica sólida, lo agradecemos.
Calle Dublín es más que erotismo, es más que sexo. Calle Dublín cuenta duras historias de vida de personajes con carnadura, con profundidad sicológica, bien construídos. Se apoya en una estructura interesante, mezclando tiempos y situaciones, haciéndonos conocer gradualmente las intimidades del alma. Está narrada desde una muy sutil y perceptiva primera persona, que casi parece omnisciente por cómo transmite y describe las emociones de los demás personajes, utilizando una prosa rica, sensible, ágil. La tensión narrativa y dramática es constante y gradual, al igual que la tensión erótica. Si bien tiene una importante dosis de escenas hot siempre están adecuadamente enmarcadas en los procesos emotivos y sicológicos de los personajes, respaldados por ellos y comprensibles por su causa. En este sentido me hizo recordar al estilo de Megan Hart (para mí, una de las mejores escritoras en romántica erótica) por la profundidad de sus personajes y sus historias. En la novela no faltan el humor, la intriga, los valores que dan sentido a la vida, el dolor de las pérdidas, las incertidumbres.
En definitiva: Calle Dublín presenta un mundo bien construído, profundo, sensible, realista. Una historia creíble bien contada, con personajes cercanos y humanos. En un estilo definido y muy agradable. Y es un buen inicio de una serie que me agradará seguir leyendo.
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