Muchas veces seguir mi intuición me lleva a buen puerto. Y en lo que a lecturas se refiere, es frecuente que un título me atrape, me llame, me genere ansiedad por leerlo. Y en este caso, las "cosquillas" que esta novela me produjo desde el principio tuvieron una más que agradable recompensa.
La trágica muerte de Jimmy McMullen en un incendio deja destrozados a su mujer, Jackie, y a su hijo de diez años, Charlie. Consciente del dolor del pequeño y ante la imposibilidad de sobrellevar su propia pena, Jackie decide pasar una temporada en Sullivans Island, el lugar donde creció, confiando en el poder curativo de la familia. Nada más llegar al lugar, ambos se adentran en un entorno lleno de belleza y paz.
Por su parte, Annie, la madre de Jackie, está encantada de tener a su hija y a su nieto en casa, y promete convertir esa visita en una experiencia perfecta, aunque la relación entre ambas nunca fue precisamente fácil. Cautivados por los encantos naturales de la isla y las animadas veladas en el porche con amigos y vecinos, Annie, Jackie y Charlie compartirán un verano memorable y descubrirán la importancia de los lazos familiares, la fortaleza del corazón y el poder del amor.
Busqué, busqué y busqué esta novela durante mucho tiempo, hasta que por fin estuvo disponible en digital en mi librería de compra. Cuando la tuve, fue leerla en un suspiro.
Clasificable dentro del subgénero sentimental es una novela sencilla, bien escrita, con muy buenos personajes, una sólida trama donde no faltan el humor, el romanticismo y hasta el suspenso. Desde la voz de dos de las protagonistas podemos construir las historias personales y el aparentemente apacible mundo de esta familia que, poco a poco, se reconstruye, madura, crece y se permite tener esperanzas.
Una de esas lecturas agradables, sólidas, que nos dejan con una sonrisa de paz...
Absolutamente recomendable...
Para disfrutar desde el principio.
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