Desde hace bastante tiempo me venía haciendo ruido todo este boom de la novela erótica y me parecía nadar a contracorriente pues había decidido no leerlas.
Disfruto mucho de las novelas románticas (entre otros muchos subgéneros) y como ya tengo varios años de lectora encima he podido disfrutar de las buenas escritoras y he tropezado también con las que aplican la fórmula best sellers a rajatabla y producen estereotipos y clones insufribles. Hay de todo, muy bueno, no tanto y malo.
Pero... ¿Cómo arribamos a este boom de literatura seudo erótica? Creo que para llegar a este punto el caldo se ha ido preparando con diversos ingredientes. Primero la autopublicación, de donde surgen algunos escritores buenos con escasa posibilidades económicas, pero donde abundan los que se creen escritores y aún les falta mucho, desde técnica hasta talento. Tienen algo de difusión y los toman en alguna editorial cazatalentos.
En segundo lugar aparece con fuerza la necesidad de innovar, lo que para muchos es correr límites, saltar la raya, transgredir... a cualquier precio.
Y en tercer lugar, comprobadísimo: el SEXO VENDE, ¡Siempre! Entonces... ¡A no desaprovechar!
Así surge, para mí, esta moda editorial que, a mi criterio -otra vez- no es erótica sino pornográfica o pornomorbográfica.
¿Qué me mueve a escribir esto?
Por primera vez en mis años de lectora y bloguera he leído y comentado un par de novelas "subidas de tono" para lo que estaba acostumbrada y, una de ellas -Tentada-, me impactó por su temática, su calidad y sus personajes. Siendo un tema difícil de digerir, la destreza de la autora me llevó de la mano hacia el conflicto sicológico y emocional más que a centrarme en los sexual. Una novela de calidad que no participa de esta moda, aunque la reeditaron aprovechando el tirón.
Publiqué mi opinión. Y en esos mismo días aparecen en sitios de temática romántica que habitualmente leo dos artículos de protesta o rebeldía cuyo contenido comparto totalmente. En El rincón de la novela romántica "Pues hasta aquí hemos llegado" y en Cazadoras del romance "Involución lectora..." (Gentileza de LadyMarian) Ambos pretenden marcar una clara diferencia entre la romántica y la erótica o, lo que ya no es erótica porque se ha transformado en violencia, relaciones patológicas y prácticas sexuales aberrantes. Estoy de acuerdo en todo lo que dicen.
¿Cuál es mi preocupación?
El enorme volumen de ventas y la edad de las lectoras.
Conozco varias adolescentes que leen con entusiasmo estas novelas, de dudosa calidad literaria, y que "formatean" sus emociones, sus relaciones de pareja y su sexualidad de acuerdo con estos parámetros. No es lo mismo esta novela en una mujer de 30 años o más que en una adolescente.
Y mi otra reflexión me lleva a preguntarme qué está pasando con nuestras relaciones de pareja si necesitamos este morbo y esta pornografía literaria para "revitalizar" nuestra vida.
¿Hay que prohibir? No.
¿Hay que diferenciar? Sí. Que quien compre sepa claramente lo que consume y no vendan gato por liebre.
Quienes disfrutamos de la literatura en general y de la romántica en particular tenemos una misión. Preservar la buena literatura, la de calidad, la que transmite valores, la que me hace mejor persona después de leerla, la que me ayuda a conocerme más. Diferenciar lo que es romántica, con los sentimientos y el amor como móvil, de lo que es patológico, violento, denigrante. Y amplío la propuesta a no difundir y , obvio, no comprar.
¡Ups! Salió una entrada larga. Pero calma mi necesidad de expresarme.
Preciosas ilustraciones de la artista Catherina Romanelli.
No se pierdan los artículos de los links.
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