Llegué a Las cenas del Club de los Sábados sin expectativas. Es más, había comenzado a leerla hace unos meses y la dejé porque no me atrapaba. Pero, evidentemente, no era el momento adecuado para esa lectura porque en esta segunda oportunidad no pude dejarla y disfruté muchísimo.
Ahora les cuento más...
Tres años antes, el mundo de Eve se había derrumbado cuando el hombre de
su vida, Ethan, la abandonó sin explicación alguna. Sin embargo, ahora
parece que está a punto de recuperar la felicidad: tiene un nuevo novio
encantador y el ilusionante proyecto de crear su propio negocio, un
café. Entonces decide participar en el co
ncurso
del London Daily que busca cada semana el mejor anfitrión de una cena
completa. Quizás así consiga la financiación que necesita para su
café... Eve será la primera concursante en recibir a los invitados a la
cena, y la sorpresa será mayúscula cuando quien aparece en su puerta no
es, ni más ni menos, que su antiguo amor Ethan. Se buscan: Cuatro
cocineros aficionados para participar en un concurso que premia la
mejor
cena. Reglas: Cuatro desconocidos, cuatro semanas, cuatro casas, cuatro
cenas. Puede ganar: Un cuantioso premio en efectivo. Puede perder: Su
corazón.
Con un estilo simple y ameno Amy Bratley nos va entusiasmando con las vidas de Eve, Ethan, Joe, Daisy y los demás. Con excelente manejo de la información va dosificando la historia para que, a la vez que nos intriga, nos permite prepararnos y disfrutar. Eve es una joven llena de vida que ha sufrido por el abandono de su novio y, más aún, porque no comprende el motivo. Joe, su novio actual, la ha amado desde niños y es un dulce de aquellos, íntegro, honesto, cabal. Ethan, el abandónico, aparece de improviso como uno de los integrantes del concurso de Las cenas de los sábados y tiene muchas preguntas que responder. Y... ¡La cena está servida! A partir de aquí nos comeremos las uñas con hipótesis, elucubraciones, inferencias, dudas y certezas, todo mientras vemos las dudas y temores de Eve, las debilidades y heroismos, los engaños, las mentiras y los celos, la entrega desinteresada y dolorosa, las grandezas y miserias de cada uno de los sólidos personajes de esta novela. Y mientras corría sobre las páginas para llegar al final tenía esa sensación frecuente en los lectores cuando deseamos, a la vez, que no termine.
Absolutamente disfrutable.
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