...un enorme placer!
El cactus suaviza mis yemas con su piel.
Tiene cien años, sólo florece una vez.
En tu nombre, en tu nombre.
Tiene un veneno más amargo que la hiel.
Con sólo invocarte voy a convertirlo en miel.
En tu nombre, en tu nombre.
Cuando te busco
no hay sitio en donde no estés.
Y los médanos serán témpanos
en el vértigo de la inmensidad.
Y los pájaros serán árboles
en lo idéntico de la soledad.
En tu nombre, en tu nombre.
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